Wednesday, May 03, 2006

temporada de conejos



este texto fue escrito por conim para ser publicado en la zona de contacto, pero no nos pescaron.
fue escrito pocos dias despues de la accion en el centro el 3 de abril, y dice asi:


Temporada de conejos

Antes los revolucionarios usaban barbas y consignas importadas de Europa. Ahora viene desde adentro y con traje de conejo. Es El Frente Conejístico por la Reivindicación del Absurdo, liderado por un escolar que cree que el poder reside en las paletas y en las orejas largas.

Un buen día despertó con ganas de comer zanahoria. Sintió las paletas más largas, las orejas le habían crecido anormalmente y se sentía como un Gregorio Samsa del siglo 21. Versión conejo.
Eso responde Vadim (16) cuando le preguntas reiteradas veces desde cuando le gustan los conejos. Ya no sabe qué contestar a tanta pregunta, pero lo cierto es que comenzaron a interesarle cuando conoció al cineasta y músico Vincent Gallo, hace ya dos años. Fue ahí cuando comenzó a dibujarlos todo el día. Les hace trajes de oficinista, coronas de rey y tocas de enfermera. Los conejos son una raza líder, afirma. Y con una filosofía de vida que, si bien no es mejor que la nuestra, la conjunción de las dos es todo un éxito. Amos y conejitos felices.
Después de clases sale a pegar sus conejos por las calles y dice no haber tenido demasiados problemas. Le han tocado vecinos histéricos que reclaman la propiedad de las calles y también una señora ofendida al ver la cara de su sobrina pegada por toda la ciudad, pero nada muy terrible. Incluso los carabineros se han portado como grandes amigos en su camino, dejándolo arrancar cuando ha sido sorprendido pintando un muro.
Así nace la idea del Frente Conejístico por la Reivindicación del Absurdo (F.C.R.A). Su objetivo es “que la gente note que el absurdo forma parte de la vida cotidiana y que nos puede ayudar a ser mas felices de lo que somos, dejando de creer que todo tiene una explicación lógica y una causa y consecuencia. Dejar de creer que todo debe ser de una manera u otra.”

Pegó afiches por todo Concepción. Primero por los todos colegios de niñas (“Porque me gustan las niñas poh”), y después en paraderos de micros, muros y postes de luz. Luego envió un mail a todos sus amigos y conocidos, donde explicaba de qué iba el F.C.R.A e invitaba a toda la población penquista a juntarse el lunes tres de abril a las 17 horas, en el epicentro de Concepción, para su performance revolucionaria.

Esas raras revoluciones nuevas
El día lunes estaba soleado. Subieron a un edificio y, luego de pedirle permiso a la señora dueña del ciber café del segundo piso, hicieron fotos y tiraron 256 panfletos hechos a mano (uno a uno, por Vadim) a la calle. Una chica estudiante de artes, un compañero de ella y un liceano de tercero o cuarto medio se ofrecieron a leer y ayudar. Se pararon ahí, en medio de la calle, repartiendo panfletos, a leer su manifiesto (“creemos en los conejos como una raza líder de nuestra revolución porque basta un salto, una sacudida de orejas, una olisqueada a mis pies para hacerme sentir bien y morir en el abismo de una sonrisa o una carcajada.”) en cinco versiones.
La gente pasaba, miraba un rato y se iba, o se quedaba hasta el final, esperando que alguien explicara qué sucedía, porque la primera reacción es, claro, si no entiendes nada, la risa. La reacción después de leer el manifiesto, solito, calmado, seguro que es otra.

Al terminar, se acercó gente. Que de qué se trataba esto, que cuando se iban a juntar de nuevo y qué otras acciones tenían vistas. Muchos decidieron que se unirían, que militarían por el frente, y más de uno se conmovió. Ver gente llorando con su idea ya no es nuevo para Vadim. Y es que ver a un niño de 16 años hacer una revolución que tú no te atreviste a empezar es suficiente como para emocionarte, aún cuando sepas que no es nada nuevo, que los hippies y los punk tuvieron la ocasión. Que puede ser un conejo como pueden ser las flores o un alfiler de gancho. Tus padres ya te hablaron de eso y, aunque a veces te aburran con historias donde todo se oye mucho más lindo de lo que fue realmente, no vas a negar que te encantaría vivir algo así. Hacer una revolución en tu barrio.
Por eso harta gente ya se unió. Y tienen programada otra junta. También tienen pensado hacer más cosas; una performance revolucionaria nueva en dos ciudades al mismo tiempo (tipo un live aid conejil), peticiones a la municipalidad y actividades culturales. Si quieres unirte, o si te interesa saber más, puedes escribir a megustalacomidadelosaviones@gmail.com. Porque la revolución antes pudo tener barba, pero ahora tiene orejas de conejo. Y no te la vas a perder de nuevo.

2 Comments:

At 8:04 PM, Anonymous Anonymous said...

yo tengo las orejas largas

 
At 8:09 PM, Anonymous Anonymous said...

otra cosa .
quiero hacer globos con las frases que yo quiero.pero donde saco conejos?
y como hago para que no se vuele el globo?

 

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