segundo manifiesto del absurdo

Frente Conejistico por la Reivindicacion del Absurdo


Cuando el fin sea inminente, cuando el agua sea un privilegio, cuando las fuentes energéticas estén agotadas, cuando no quede siquiera el recuerdo de un mundo feliz, el absurdo vendrá a salvarnos. Debemos prepararnos hoy, riéndonos de nuestra propia existencia, antes de que llegue la muerte por sorpresa y nos pille considerando nuestra vida como un bien preciado.

Que la lógica no se transforme en una piedra en nuestros zapatos. Construyamos una revolución y enarbolemos al conejo como bandera de nuestra lucha, porque tras este acecha el concepto, acecha el juego de la locura y de los grandes valores que hacen de la humanidad la humanidad; o son acaso la honestidad, la belleza, el respeto, la espontaneidad racionales? Son explicables el amor, la solidaridad, la imaginación?

Me valgo del axioma que sugiere que opuestos son casi una misma cosa, para afirmar que absurdo y lógica se alejan vertiginosamente hasta encontrarse en un punto de comunión, y redacto un segundo manifiesto en extremo lógico, cuya intención no es mas que poder ser comprendido por todo ser racional; porque es a ellos a quienes quiero llegar: a la gente que aun no espabila, a la gente incapaz de conversar con desconocidos en la calle, que no puede salir de su casa si no es con zapatos, incapaz de sentarse si no es en un asiento, gente que tiende a la autocensura, que toma el camino mas corto hacia su casa, solo por el hecho de ser el mas corto, gente incapaz de hacer fluir la corriente mental de pensamientos, prefiriendo ocultarse tras la condescendencia, siempre pensando en la reacción de un posible receptor.

Exhorto entonces a toda persona, animal, ser, y a toda partícula cuyos sentidos se acerquen a este manifiesto a hacer uso de su irracionalidad, los invito a todos a la unión en una carcajada, a distorsionar sus propios cánones, a lavarse los dientes con champaña, a servir la sopa en platos bajos y cortar el pan con la cuchara, a parir las ideas en cuclillas, a lamer sus propios hígados. alelados míos, los invito a despertar por la noche y acostarse de madrugada, a masticar las hojas calientes del mañío, a gritar por los oídos, a deconstruir la lógica, a coquetear con la locura y a colaborar en la construcción de un mundo nuevo y mejor.